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En los medios

La historia de Lizzie Magie, una autora que nunca debió ser escondida.

Los juegos también tienen autores

Hace no demasiados años, la verdadera hisotria del origen del Monopoly, falsamente atribuido a Charles Darrow en 1935, no era reconocida. Pese a los descubrimientos de Ralph Anspach (1926-2022) en los 1970s y su victoria judicial final en los 1980s, la maquinaria publicitaria de Parker-Hasbro seguía ocultando en buena medida la verdad. Apenas había información accesible publicada (en Internet u otros medios) sobre el tema, y en concreto en castellano era nula. Tan solo se podía obtener información en el libro autobiográfico Monopolygate de Ralph Anspach, autoeditado de manera pobre en inglés sin querer ser publicado por ninguna editorial literaria importante; y de su propia página web, amateur y realizada con pocos recursos. Incluso en medios especializados en juegos se obviaba, se minusvaloraba o se desconocía el origen desde el juego The landlord's game ideado por la autora Lizzie Magie en 1902-1903. En parte, desde Jugamos Tod@s nos atribuimos algo de mérito por haber contactado directamente con Ralph y contribuido a la divulgación y popularización, tanto en medios nacionales (en castellano) como internacionales (en inglés, francés y alemán), de la realidad de la invención de Lizzie Magie hasta su conversión en el Monopoly.

En la actualidad, la historia real es conocida, aparece en medios de comunicación diversos y hay trabajos periodísticos, como The monopolist de Mary Pilon, que han indagado incluso más en el tema (encontrando a las últimas personas testigas vivas). En los últimos tiempos al fin aparecen con cierta asiduidad artículos en prensa sobre el tema -La historia es sin duda llamativa, dada la fama imperecedera todavía del juego Monopoly.

En Icon de El País: Cuando ‘Monopoly’ era de izquierdas: los orígenes anticapitalistas del juego de mesa que vuelve cada Navidad (30 diciembre 2022), por Miquel Echarri.

El pasatiempo que dio la vuelta al mundo en el siglo XX se concibió como una herramienta para aleccionar sobre los peligros del capitalismo bulímico, el cual, tras años de evolución, ha terminado encarnando.
(...)
Sin embargo, si algo puede reconciliarnos con el Monopoly es su azarosa y muy poco convencional historia. Porque este brazo lúdico del capitalismo global fue, en realidad, creación de una feminista de izquierdas que lo concibió como una herramienta pedagógica, una especie de curso acelerado sobre los riesgos de la especulación y la toxicidad del capitalismo sin mesura. Años más tarde, un viajante de comercio que había perdido su empleo como consecuencia de la Gran Depresión se apropió de esa idea ajena, la desvirtuó sin apenas pretenderlo y acabó vendiéndosela a una multinacional del juguete por entonces aún incipiente, Parker Brothers.
(...)


Montaje: Pepa Ortiz

Pese a alguna imprecisión menor, es un buen artículo escrito con algo de ironía -Pero sobre todo es resaltable como la historia se sigue expandiendo y divulgando.

¡Nos jugamos!

Jugamos Tod@s

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