Ha fallecido el poeta e inventor, responsable de la popularización del Futbolín.
El origen del Fútbol de Mesa no está claro pero se remonta a finales del siglo XIX en Francia o Alemania o algún otro punto de Europa (Hay por ejemplo patentes fechadas en 1890 en Reino Unido).
En España el juego se popularizó tras la Guerra Civil como un producto nacional.


Alejandro Finisterre o Alexandre de Fisterra, pseudónimos del poeta, editor e inventor gallego Alexandre Campos Ramírez (1919-2007); ideó el Futbolín como una variante del juego (con muñecos de piernas separadas en vez de juntas) -aunque él siempre se publicitó a sí mismo como inventor de juego.
Hijo de fabricante de calzado de A Coruña. (...) Mi padre quebró y éramos 10 hermanos. Yo estudiaba en un colegio privado de Madrid y, al no poder pagarlo, el director me puso a corregir los deberes de los párvulos. Escribí una obra teatral --¡un culebrón terrible!-- con la fantasía de estrenarla. Trabajé de peón de albañil y luego en una imprenta. Y conocí a León Felipe, del que sería albacea.
De ideolología anarquista, resultó herido en los bombardeos franquistas de Madrid en 1937. Según contaba, se le ocurrió la idea del Futbolín estando convaleciente al ver a los niños heridos sin poder jugar al fútbol en el hospital.
Por culpa de una bomba nazi, de las que lanzaron sobre Madrid. Quedé sepultado entre cascotes, con heridas graves. Me llevaron a Valencia y luego al hospital de la Colonia Puig de Montserrat. La mayoría de los que estaban allí eran mutilados de guerra. Yo había jugado al fútbol --incluso perdí un diente de una patada--, pero me había quedado cojo y envidiaba a los que podían jugar. También me gustaba el tenis de mesa. Así que pensé: "¿Por qué no crear el fútbol de mesa?".
Un amigo carpintero vasco, Francisco Javier Altuna, fabricó un primer modelo y en 1937 lo patentó en Barcelona, todavía reducto de la República Española. De esa patente no obstante no queda rastro tras la guerra y el propio Alexandre contaba que perdió sus papales del registro al cruzar los Pirineos a pie para exiliarse en Francia.
Poco antes de la Navidad de 1936 compré en Barcelona unas barras, y un carpintero vasco, Francisco Javier Altuna, también refugiado, me hizo la mesa y torneó las figuritas. El líder de CNT y FAI, Joan Busquets, un anarquista de Monistrol que tenía una fábrica de gaseosas, lo vio y me animó a patentar el invento. Lo patenté a principios de 1937, igual que el primer pasahojas de partituras movido con el pie, que hice para Núria, una pianista guapísima de la que me enamoré locamente en las reuniones sabatinas de la colonia.
(...)
Tuve que huir a Francia, cruzando a pie los Pirineos. En el macuto sólo llevaba la patente, una lata de sardinas y dos obras de teatro, Helena y Del amor y de la muerte. Llovió a cántaros durante 10 días y los papeles se convirtieron en argamasa.
Otro de sus inventos fue un pasapáginas de partituras accionado con el pie para piano, gracias al cual pudo hacer algo de dinero en Francia. Así pudo marcharse a Ecuador primero y a otros países hispanoamericanos después, comercializando el Futbolín, editando revistas de literatura en contacto con muchas figuras de la poesía y huyendo de las dictaduras emergentes. El Futbolín se comercializó y se dio a conocer profusamente en América.
Alexander protagonizó un secuestro de avión con una bomba falsa, improvisada en el aseo con una pastilla de jabón y papel de aluminio, para impedir que unos agentes españoles lo devolvieran a la España de Franco. No regresó hasta tiempos de la transición tras la dictadura.
Yo era amigo del embajador de la República española en Guatemala. Antes del golpe de Estado, temiendo lo peor, él me pidió que llevara la valija diplomática a México. Quedó constancia de ese favor y, cuando Castillo Armas tomó el poder, me secuestraron y me metieron en un avión hacia Madrid. Pero amenacé al piloto con estrellar el aparato, siendo el primer secuestrador aéreo de la historia.
Mientras el Futbolín se hizo muy popular en España a partir de los años 1940s, cuando las empresas jugueteras valencianas lo fabricaron y comercializaron ampliamente.
Alexandre ejerció en sus años en España como albacea testamentario del poeta León Felipe, manteniendo su actividad literaria. Ha fallecido el 9 de febrero de 2007 con 87 años.
El futbolín es un juego que no fomenta el autismo como los videojuegos; sino la amistad, el compañerismo, la coordinación de movimientos entre la mano derecha y la izquierda.
¡Nos jugamos!