Jamaica tiene un origen curioso: la compañía de seguros suiza ASSURA SA decidió producir algunos juegos de mesa como método de promoción y de obsequio a sus clientes. En vez de los típicos juegos publicitarios, optaron por confiar en auténticos autores de juegos de mesa y una edición muy cuidada y de calidad a cargo de su propia productora GameWorks SàRL.
Bruno Cathala (Cleopatra y la Sociedad de Arquitectos, Mr. Jack, Senji) es uno de los autores franceses más importantes. Sébastien Pauchon es un joven autor de juegos cuya presentación fue el juego Yspahan y el posterior Metropolys (no editados en España), ambos muy bien recibidos. Malcolm Braff es conocido como músico de jazz, y no había publicado juegos anteriormente. De su trabajo conjunto, surgió Animalia - un juego de cartas y subastas con soberbias ilustraciones de Mathieu Leyssenne.
Al año siguiente, la misma compañía encarga al mismo equipo la producción de un juego de mesa de mayor envergadura, y el resultado es el juego de tablero Jamaica. Pronto el juego también está disponible comercialmente, y son varias las compañías que se interesan en publicarlo o distribuirlo en diferentes países.
El aspecto visual del juego es magnífico desde que se abre al caja que simula un cofre lleno de monedas de oro, se despliegan las reglas en forma de mapa del tesoro, o se descubren las cartas de juego preciosamente ilustradas y que encajan formando una larga escena de piratas.
Jamaica es un juego para 2-6 personas de todas las edades. Cada persona tiene un mazo de cartas propio y tres cartas en la mano. El objetivo es dar la vuelta a la lisla de Jamaica con tu barco pirata, acumulando monedas de oro en el camino. Acabar la carrera en buena posición otorga puntos, a los que hay que sumar las monedas conseguidas y los tesoros encontrados.
Las cartas tienen dos símbolos que representan dos acciones - éstas pueden ser: avanzar, retroceder, tomar comida, obtener monedas, conseguir pólvora... La persona en turno tira dos dados y decide cuál corresponde al día (primera acción de cada carta) y cuál a la noche (segunda acción de cada carta).
Cada persona elige entonces una carta de su mano y se ejecutan las acciones por orden de turno. Las monedas, la comida y la pólvora conseguidas se van almacenando en la bodega del barco, pero que dispone de espacio limitado y una vez llena hay que hacer sitio arrojando materiales por la borda.
Al mover un barco, hay que pagar los costes del viaje, indicados por la casilla de destino y que serán monedas de oro en los puertos y cierta cantidad de comida en otras casillas. Si no es posible pagar los costes, el barco deberá retroceder hasta una casilla de coste accesible.
Por supuesto, cuando dos barcos coinciden en una casila, hay combate naval a cañonazos - usando un dado de comabate al que se puede sumar la pólvora almacenada en cada barco.
Por último, la existencia de tesoros y objetos poderosos en determinadas casillas y bifurcaciones en el recorrido sobre el tablero, añaden algo más de intríngulis al juego.
Jamaica es un juego sencillo para toda la familia, en el que es necesario disfrutar de sus hermosos componentes. Las decisiones son sencillas, y la mayor parte de la diversión viene por los combates y la competición en la carrera.
¡Ay, qué bien se vendería Jamaica colocado en las estanterías de los centros comerciales antes de Navidad!(cuando conocimos el juego esta pasada primavera ya comentamos que sería perfecto para vender en España a gran escala...)
Para acomodarse al mercado español, Jamaica tendrá un precio de venta al público de 39'90 € , lo que es 5 € inferior al que tiene en el resto de Europa.
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