Hemos conocido la existencia de Be a Malevich (título en inglés: "Sé un Malevich") vía un artículo de EL PAÍS, que puedes leer en su versión on-line y que reproducimos a continuación:
REPORTAJE: Diseño
Haga su propio 'Malevich'
Una oleada de juegos de mesa recurre a referentes culturales para hacer frente a la hegemonía de la pantalla
ANATXU ZABALBEASCOA - Madrid - 09/12/2008
Regale una escultura. Atrévase a hacer de escultor. Una ola de juguetes inspirada en ideales modernos y suprematistas quiere convertir el juego en una excusa para la cultura o, por la misma regla de tres, a la cultura en un pretexto para el juego.
Sea como sea, se trata de aprender jugando. El viejo tablero de ajedrez de la Bauhaus, cuyas piezas repetían el movimiento de las fichas: el salto del caballo en L, o el cruce diagonal del alfil como una X, se convirtió en uno de los juegos más famosos de la escuela alemana. Su autor, Josef Hartwig, dirigía uno de los talleres de escultura de la mítica academia que abogaba por que la forma siguiera a la función. Hartwig ideó piezas y tablero en 1923. Y el tiempo ha transformado su entretenimiento en su escultura más conocida. Hoy, el legendario ajedrez acumula más ventas como objeto escultórico que como juego de mesa.
Ajedrez inspirado en la Bauhaus.
Algunos fabricantes se han acordado ahora de él. Y han decidido explotar esa baza ludo-cultural para competir con la adicción a los juegos de ordenador.
Combinan estética, arte e ingenio. Son juegos "cultos" de construcción, o evasión, que no se conforman con distraer el tiempo. Buscan aprovecharlo. Así, detrás de Be a Malevich está la historia de Xavier Vidal, un empresario barcelonés que, tras vivir cuatro años en Moscú, se quedó parado delante del cuadrado negro de Kasimir Malevich que colgaba en la Galería Tetriakov. Este hombre de negocios no vio aquel cuadrado como un agujero oscuro sino como un umbral a un mundo desconocido. De regreso en Barcelona, ha puesto a trabajar a dos talleres artesanos de su ciudad "con la idea de no quedarme nunca sin piezas". Y con la voluntad de colocar a su producto la etiqueta "not made in China".
Be a Malevich.
Vidal cuenta que el juego propone convertir en escultor "a cualquier persona capaz de ver algo más que un cuadrado negro frente a un cuadrado negro". Puro suprematismo ¿o la revolución del souvenir? Basado en los juegos Arquitecton Alfa del padre de ese movimiento, Be a Malevich invita a ser creativo. Una pequeña revolución doméstica que triunfa en las tiendas de los museos (Caixaforum, Macba, Reina Sofía o la Fundación Miró) desde 50€. (www.beamalevich.com).
Pero Malevich no está solo. Estas navidades, Habitat lanza un ajedrez inspirado en el de la Bauhaus. El modelo Karl se ha puesto a la venta por 150 euros. Admite estrategia, imaginación, diversión y, por supuesto, contemplación.
Círculo negro, de Kasimir Malevich, 1913.
Suprematismo, de Kasimir Malevich, 1916.
Bizak editó hace unos en España el extraordinario juego de Bill Payne llamado Villa Palettii - ganador del premio Spiel des Jahres 2002. Villa Paletti es un soberbio juego de estrategia y habilidad, que Bizak decidió vender muy erróneamente en la seción de juguetes infantiles de los grandes almacenes (cambiando la edad recomendada del juego de los "a partir de 8 años"en el juego original, a un "4 años" en la edición española). La mecánica central de Villa Paletti es similar al Jenga: quita una pieza, ponla arriba - pero el resto de reglas y el resultado del juego es muy diferente. Una obra maestra.
Recientemente se ha editado Tasso, de Philippe Proux. En este juego minimalista mezcla de habilidad y táctica, se deben colocar unos palitos de madera sobre el tablero, de forma que cada palito sólo sostenga a otro palito encima, haciendo puentes sobre puentes y consiguiendo así turnos extras. El objetivo es quedarse sin piezas, así que hay que pensar dónde se coloca cada palito para no dejar la oportunidad de aprovecharse de la situación al siguiente jugador en turno.
BANDU es la edición en castellano de otro juego clásico, creado por Klaus Zoch (Bausack, 1987), publicado hace unos meses en España y que ha llegado a ser Finalista al premio al juego del año en España JdA 2008.
Las reglas de Bandu permiten jugar a diferentes modalidades, desde la versión más familiar de construir una torre sin tirar nada, hasta la maquiavélica versión Knock Out con pujas y regalos de piezas en la que gana la partida la última torre en pie.
Bandu es otro ejemplo de extraordinario juego de mesa de construcción - con una estética también claramente artística y que da lugar a imaginativos conjuntos esculturales.
Be a Malevich es un objeto de decoración artístico, un juego de construcción no en el sentido de juego de mesa (de nuevo la polisemia de la palabra "juego" en castellano entra en juego), si no en el sentido de jugar libremente a construir, probando y deshaciendo lo construido buscando el resultado de tu personal obra que te satisfaga en cada momento. Un juego de construcción al estilo infantil pero dirigido al público adulto, con un claro referente artístico y todo un homenaje a la figura de Malevich.
¡Nos jugamos!