En pasadas memorias, esta empresa ya contó con la colaboración de Oriol Comas en algún artículo dedicado a los juegos (Tiempo de jugar). Oriol ya es un viejo conocido para el panorama lúdico español, (autor, escritor, director de ferias...), os dejamos su web: www.comascoma.com.
El Diario Vasco se hace eco de la presentación celebrada en Donostia, en su sección de economía:
Innovación, un juego muy serio
Ibermática recurre a los juegos y el teatro para presentar su memoria
12-06-08 - Mitxel Ezquiaga - San Sebastián«Puedes descubrir más de una persona en una hora de juego que en un año de conversación». Esa sentencia, atribuida a Platón y citada por José Luis Larrea, presidente de Ibermática, define el acto que sirvió ayer para presentar la memoria anual de esta empresa guipuzcoana. Por el juego hacia la innovación: la encorbatada audiencia que acudió al auditorio de la Orquesta de Euskadi en Miramón, marco también original, no encontró cifras sino teatro y teoría y práctica de lo lúdico.Ibermática, que cumple 35 años y alcanzó en 2007 los 228 millones de euros de facturación, se ha caracterizado desde su origen por la búsqueda de nuevos caminos en la gestión y en su relación con la sociedad. En los últimos años esa vocación se tradujo en actos celebrados en la cancha de baloncesto de Illumbe o Chillidaleku, y con charlas sobre gastronomía o Atapuerca en lugar de conferencia con números a cargo de algún gurú de una escuella de business.Este año ha tocado el juego. Porque, en opinión de Larrea, el juego es todo un tratado sobre el ser humano, sobre su relación con los otros y sobre la innovación. Y esos son los valores que buscan las empresas de hoy, afirmó.Es la sección de Economía, sí, no la de Cultura: hubo teatro en la memoria anual de Ibermática. /M. FRAILEAsí que los cientos de invitados fueron recibidos por la música de un quinteto que tocaba una partitura de Haydn, y el conferenciante fue el catalán Oriol Comas, un filólogo que ha dedicado su vida profesional al juego en su más noble sentido: ha inventado medio centenar y posee una colección con más de tres mil juegos antiguos. Comas habló de viejos y nuevos juegos, algunos tan conocidos como el parchís o el ajedrez, y otros desconocidos, inventados hace muchos siglos en Asia. Y explicó cómo esos juegos explican nuestros comportamientos. «Jugar no sirve para nada», dijo para provocar, porque su explicación indicaba precisamente lo contrario.Y en línea con su «provocación» el acto se cerró con una pequeña obra teatral, El juego del amor y del azar, basada en un texto de Pierre de Marivaux y adaptada por Pere Planella. El texto es todo un guiño sobre el amor y las apariencias que fue seguido con sonrisas por un auditorio en el que se reunían las «fuerzas vivas» de la economía guipuzcoana, quizás con demasiadas corbatas para el espíritu del acto: la innovación aún no ha llegado al vestuario del empresariado local.La presentación había sido abierta por la consejera de Industria, Comercio y Turismo, Ana Aguirre, que también «jugó» con las palabras con una original intervención que despertó la complicidad del público, y por el diputado general, Markel Olano.A la salida los asistentes recibían la memoria de la empresa, Quince juegos que cambiaron el mundo, una original visión histórica de los juegos que viene a ser un paseo por la sociedad humana. La innovación es juego serio, remarcó Larrea. En el consejo de dirección de más de una empresa guipuzcoana quizás la reunión se abra hoy con un parchís.
Oriol Comas, experto en juegos
"Las empresas y los juegos suponen retos parecidos al requerir innovación constante"
El inventor y coleccionista de juegos de mesa Oriol Comas fue el encargado de ilustrar este año la memoria anual de Ibermática. El experto presentó una selección de quince juegos que muestra que la innovación y el cambio son tan patentes en los tableros como en las empresa.
13-06-08 - Jásminka Romanos - Donostia.
Ibermática ha contado con usted para elaborar una memoria empresarial que se basa en el mundo de los juegos. ¿Qué se puede encontrar en esta publicación?
El libro es un repaso a los juegos de la historia de la humanidad desde el punto de vista cultural, viéndose que han sido objeto de cambios constantemente y suponen creaciones de personas. Además, se representa que han supuesto un cambio con todo lo anterior. La idea es que jugar es un acto diario inherente a la especie humana.
¿Cómo se relaciona esto con el mundo empresarial?
El juego es una actividad creativa sujeta a una innovación constante e Ibermática también es una empresa basada en la innovación, por ser una compañía que se preocupa por la innovación en los procesos de gestión y eso es lo que son, en definitiva, los juegos. Porque en ellos está implícita la sorpresa por descubrir algo nuevo y trabajar en equipo con una serie de valores como la anticipación o la organización. Así que los jugadores y las empresas se enfrentan a retos parecidos.
¿Qué criterio ha seguido para seleccionar los quince juegos del libro?
La selección de los juegos fue difícil y rehíce la lista veinte veces y pregunté a veinticinco personas expertas sobre cuál sería su elección. Los quince juegos del libro son aquéllos que han roto con todo lo anterior y han sido revolucionarios. El más joven es de 1995 y creo que se convertirá en un clásico. Se llama Los colonos de Catán y fomenta el intercambio comercial porque lo importante es colonizar la isla y aprovecharse de los recursos naturales de la misma. El azar influye por igual a todos los jugadores y para ganar hay que ser generoso y llegar al límite de ofrecer la victoria a los demás jugadores. Es un juego de negociación en que los participantes comercian con los recursos de la isla. Los más hábiles negociando, hasta el límite de arriesgar sus productos, ganan. Esto es algo totalmente nuevo que se puede llevar al ámbito de la empresa: ofrecer mucho a los demás para acabar sacando tú un beneficio. La dicotomía entre cooperar y competir es un concepto muy avanzado que por primera vez se vio en este juego. Después de éste, han surgido muchos con estos mismos valores.
¿Y los otros juegos?
Sí, entre ellos hay algunos en los que lo importante es saber saltarse las reglas. Hay muchos juegos que han tomado esta base de que las reglas están para saltárselas. El ajedrez, en cambio, tiene unas reglas muy fijadas y lo importante es respetarlas. También aparece en la memoria el parchís, un juego indio que llegó a occidente en 1870. En la India se llama Pachis, que quiere decir 25 en hindú, porque allí juegan con unas conchas que lanzan para alcanzar un determinado número y la puntuación máxima es de 25 puntos.
¿Qué es lo que más le gusta de los juegos?
Que cada cosa en ellos es distinta y que cada vez que participo soy capaz de ilusionarme por algo diferente. Me gusta la sorpresa, la tensión, la posibilidad de ganar o no, que puedas engañar un poco a los demás... Hay tantos juegos que cada uno puede ofrecerte diferentes tipos de cosas. Notamos que un juego es bueno cuando se lo enseñas a alguien y en vez de decir que le gusta dice, juguemos otra vez.
¿Qué valores promueven los juegos de mesa?
Depende de cada uno de ellos. Hay juegos para hablar, para saber escuchar, para saber convencer a los demás, para engañar, para negociar, para ir rápido, para reírse, para retarse intelectualmente, El ajedrez, por ejemplo, es un arte, una ciencia y un juego. Mi juego preferido es uno en el que, en cada partida, un jugador se inventa una norma. Se trata de un juego de cartas y a base de jugar hay que descubrir cuál es esa regla [Eleusis]. Otro de mis juegos preferidos es el Monopoly, creado en 1938, porque inventó que el azar no sólo dependiese de los dados sino también de las cartas de la suerte.
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