La próxima novela del escritor británico Iain Banks que publicará La Factoria, se titula Juegos de Familia (The Steep Approach to Garbadale es el título original). El argumento de la novela gira en torno a una familia que se hizo rica con el éxito mundial de un juego de mesa llamado ¡Imperio!.
No es la primera vez que aparecen juegos en la obra literaria de Iain Banks - un reconocido autor literario amante de los juegos de mesa.
Según el texto de presentación del autor a cargo de La Factoría de Ideas - la editorial que ha publicado la mayoría de sus obras en castellano:
Iain Banks [Dunfermline, Escocia, 1954] está considerado como uno de los escritores más innovadores de la narrativa británica actual. Además de haber cosechado un gran éxito en el campo de la ciencia ficción con la saga de 'La Cultura', es autor de otras novelas como Aire muerto, La Fábrica de avispas, Cómplice o El puente.
Iain Banks en 2005.
Aunque algunas de sus obras no son enmarcables claramente en un género concreto, cuando el autor firma obras de ciencia-ficcion lo hace como Iain M Banks, mientras que en otras obras firma como Iain Banks.
En diversas entrevistas (una, y otra) se descubre como un progresista que ha apoyado al partido socialista de Escocia, la independencia de ese país, es miembro de la National Secular Society que promueve el laicismo en la sociedad, fue enemigo activo de la invasión de Irak junto con otros intelectuales británicos, defiende medidas activas en favor del medio ambiente, y es seguidor de Led Zeppelin.
Comenta sobre su niñez:
“Tenía 11 años, cuando en el colegio nos pidieron dibujar lo que queríamos ser de mayores. Todo el mundo pintó bomberos y astronautas, yo dibujé un escritor - sólo que como no sabía que pinta tenía un escritor, lo dibujé como un actor en escena y e la esquina superior izquierda del papel añadí "y escritor" en grandes letras a lápiz.”
Pero al mismo tiempo fue teniendo un gran gusto por los juegos de mesa. Su padre era oficial en el almirantazgo británico, segundo al mando de un barco. En los mapas y cartas de navegación de su padre, Iain inventaba juegos de mesa.
"Yo era un especialista del Risk [Albert Lamorisse, 1958]. Bueno, eso pensaba por entonces. En algún momento de los 1970s, yo había ganado 13 de 15 partidas con mis amigos - ya había estado jugando durante todo el verano (se notaba, recuerda la estadística). Yo pensaba entonces que se debía a que era un genío. En realidad era porque yo tenía coche. Por eso me debía mantener sobrio mientras mis amigos acababan emborrachándose y normalmente tampoco tomándose el juego tan en serio como yo. Incluso diseñé una especie de Super-Risk que tenía un tablero de geografía variable y un montón de tipos de unidades diferentes, más diferentes tipos de terrenos y de recursos, y más cosas. Nunca conseguí convencer a ninguno de mis amigos a jugarlo conmigo, aunque si tuvimos algunas sesiones de prueba muy divertidas. Sea como sea, Sid Meier lo hizo mucho mejor.
Banks se volvió un adicto del juego de ordenador Civilization (Sid Meier, 1991) - tanto, que afirma que acabó por tirar directamente el CD para dejar de jugar. Refiriéndose a los juegos, comenta:
“Me encanta la continuidad - no son como pinturas, que se contemplan de una vez. [En los juegos] comienzas con un tema, que luego es modelado por otras ideas. Al final es una metáfora de la vida."
Esa metáfora era el concepto inicial de su libro Juegos de Familia, con los personajes atrapados dentro de un juego. Después Banks pensó que con esa idea no contaría lo que quería, y acabó ambientando la novela alrededor de un juego de mesa al inconfundible estilo Risk, ¡Imperio!, usándolo como herramienta simbólica para mostrar los enfrentameintos y las luchas de la familia Wopulds - cuya fortuna y paradojicamente muchos de sus problemas deben precisamente al juego. En uno de los capítulos de la novela, las cambiantes sucesivas ediciones del juego ¡Imperio! sirven para contarnos la historia del siglo XX.
La sipnosis de la novela nos dice:
La familia Wopuld amasó su fortuna sobre un juego de mesa llamado ¡Imperio!, el cual es ahora un juego de ordenador de enorme éxito. Tan enorme, que la American Spraint Corp. desea comprar la empresa al completo. El joven renegado Alban, quien ha estado llevando una vida montaraz evitando los tentáculos familiares durante años, es acechado y persuadido para que asista al próximo encuentro, mitad celebración de cumpleaños y mitad Reunión General Extraordinaria, convocado por Win, la matriarca de los Wopuld y el miembro más poderoso de la junta.
Repleta de su calidez, humanidad y creatividad características, esta historia maravillosamente vívida acerca de turbulencias familiares, lealtades comprometidas y pasados ocultos es la novela más fascinante de Iain Banks desde El puente.
En otras novelas de Iain Banks también hay importantes referencias a juegos.
En Pensad en Flebas (Consider Phlebas, 1987), la primera novela en la que parece la gran alianza pacífica de civilaciones galácticas conocida como La Cultura, aparece un juego llamado Daño (Damage). La novela El jugador (Player of Games, 1988), segunda historia sobre La Cultura, tiene como protagonista a un jugador profesional que es reclutado para infiltrrarse en el brutal Imperio de Azad, con un sistema social y de gobierno completamente basado en un elaborado juego de estrategia con ese nombre, el Azad - que tiene similitudes con el juego Daño de la novela anterior. Aunque no se dan sus regals completas, el juego se compone de varios subjuegos, algunos de cartas, otros de lógica, con una parte principal en un tablero tridimensional lo bastate grande para que los jugadores puedan interaccionar con sus piezas directamente introuicéndose en él. El torneo de Azad se celebra para determinar el rango social y el estatus político de cada persona, que en el transcurso del juego mostrará con sus tácticas un reflejo de sus pensamientos políticos y filosóficos (Para saber más, habrá que leerse el libro).
En The Crow Road (1992) , el padre del protagonista idea un juego de transportes marinos para que sus hijos jueguen a una versión de Los Barquitos con más reglas. Incluso Iain Banks adapta experiencias propias en la novela Cómplice (Complicity, 1993), cuando el rpotagonista se engancha a un juego de ordenador, claramente del estilo del Civilization de Sid Meier.
Lectura y juegos, buena combinación.
¡Nos jugamos!