Con IVA reducido en Francia.
El juego Dixit de Jean-Louis Roubiura es un auténtico fenómeno del mundo de los juegos de mesa desde 2009. Para su publicación se creó la editorial Libellud, después adquirida por Asmodee que la mantiene como uno de sus sellos creativos.
Dixit Odyssey (expansión y juego básico)
Las 10 expansiones del juego.
El pasado 20 de diciembre Asmodee informaba internamente de un IVA reducido en Francia aplicable en concreto al juego Dixit de Jean-Louis Roubira a partir del 1 de enero de 2022.
Los juegos en Francia tributan al 20% de IVA (en España es un 21%), mientras que Dixit pasará a hacerlo al 5'5%, pero sin variar su precio de venta al público. Además Asmodee marca los precios únicos a todos los productos de la gama Dixit, que pasan a estar protegidos por la ley francesa.
Todo esto no ha tenido más explicación pública por parte de Asmodee.
Xavier Berret es el dueño del bar lúdico Quart d'heure en Rennes (Francia), y fundador y tesorero de la asociación Réseau des cafés ludiques. Ha escrito una larga reflexión sobre el tema del IVA reducido para Dixit que aporta datos sobre cómo ha sido posible.
El mensaje de Xavier Berret está en Facebook (26 diciembre 2021).
Ofrecemos una adaptación al castellano:
Desde hace unos días, en el pequeño y bien informado mundo de los juegos de mesa, un rumor se hace eco aquí y allá:
Dixit ha obtenido un tipo de IVA del 5'5% y pronto estará sujeto a un precio único.
En una carta fechada el 20 de diciembre, Asmodee comunicó la noticia a sus socios.
No parece mucho. Una noticia para los contables y los programadores de cajas contables.
Pero de hecho, esta noticia da lugar a muchas preguntas y probablemente a varios desarrollos futuros en el mundo del juego.
Empecemos por ser educativos y explicar algo que decepcionará a mucha gente: Los bienes culturales reconocidos por el estado [en Francia] y los tipos reducidos de IVA no están vinculados directamente.
Muchos objetos culturales no se benefician de un tipo reducido (los CD, los instrumentos musicales, los conciertos, los videojuegos tienen un 20% de IVA) y otros tienen tipos variables del 2'10% (espectáculos en vivo) o del 10% (museos privados, escape-rooms)...
El tipo reducido de IVA sobre los libros no es un resultado directo de las leyes Lang [de 1981, en referencia al ministro de cultura Jack Lang] sobre el precio único de los libros y las muchas batallas para apoyar a la industria del libro. El IVA que se aplica a los libros fue el resultado de los debates de las leyes de finanzas (artículo 278-0 bis - Código General de Impuestos). El mismo tipo reducido se aplica a los alimentos que no son demasiado grasos ni demasiado dulces, a los productos sanitarios, a las suscripciones a las distribuidoras de electricidad y a las entradas de los zoológicos.
Es feo, pero es así: no es por su tipo de IVA por lo que el juego se convertirá en Cultura. Una cosa no lleva a la otra, y viceversa.
Veamos por un momento el procedimiento utilizado para obtener un tipo de IVA reducido 10 años y 7 millones de copias después de la publicación del juego Dixit.
Asmodee ha utilizado un rescripto fiscal. Es decir, dirigirse a una oficina fiscal departamental (en este caso, la de la Vienne), para preguntar, con argumentos de apoyo, si Dixit podía entrar en la definición fiscal de libro.
Para reconocer lo que es un libro y lo que no lo es, las autoridades fiscales determinan que (B.O. n° 82 de 12 de mayo de 2005 Documento 3 C-4-05):
- la obra debe estar formada por elementos impresos ;
- la obra debe reproducir un trabajo intelectual; en la práctica, la obra debe incluir una parte editorial suficientemente grande para dar al conjunto el carácter de obra creada;
- la obra no debe tener un carácter marcadamente comercial o publicitario
- la obra no debe contener una cantidad significativa de espacio destinado a ser rellenado por el lector.
Y las autoridades fiscales de Poitiers dijeron que sí.
Puede parecer anecdótico, pero esta práctica del rescripto fue propuesta por la Union des Éditeurs de Jeux [Asociación francesa de editoriales de juegos de mesa] a sus editoriales miembras ante las desigualdades fiscales que sufrían algunas editoriales de juegos, que a menudo eran también editoriales de libros, y que aplicaban tipos reducidos de IVA a los juegos de tipo concurso que inundaban las estanterías de juegos de los supermercados (...) para aumentar considerablemente sus ingresos.
La idea inicial era que todas las editoriales de la UEJ presentaran un rescripto sobre un juego real, o un prototipo que se fuera a publicar, a su administración local solicitando obtener un tipo de IVA reducido. Frente a las previsibles negativas locales, se podría haber elaborado un expediente centralizado para someterlo a las autoridades nacionales para que decidan definitivamente el tipo de IVA a aplicar.
En el caso que nos ocupa, este procedimiento se utilizó, a priori, con el único fin de favorecer a la editorial y la distribuidora de Dixit. Así, el espíritu inicial de la lucha colectiva se ha convertido en una cuestión de reforzar la brecha de desigualdad entre las editoriales de juegos de mesa.
La primera consecuencia de este tipo de impuesto reducido es que la competencia desleal y la falta de igualdad fiscal no hacen sino aumentar entre las editoriales de juegos.
Segunda consecuencia de esta tasa reducida: la redistribución de la cadena de valor del juego. (a grandes rasgos, lo que gana cada parte).
Al reducir el IVA al 5'5%, se reducen los impuestos recaudados por el estado. En este caso, la editorial y distribuidora han decidido mantener el mismo precio de venta al público, incluido el IVA.
Volvamos a nuestro ejemplo de Dixit. Hasta ahora, por un juego que se vendía a 30 euros con impuestos incluidos, había 6 euros de IVA para el Estado. El 1 de enero, sólo quedarán 1'65 euros de IVA.
Se plantea la cuestión de cómo distribuir el valor así "ahorrado". ¿Debe distribuirse de la misma manera que antes?
No sé la cantidad exacta para este juego, pero la norma general en el mundo de los juegos de mesa parece ser alrededor del 3-4% del precio de venta al público sin impuestos, para la persona autora del juego.
Con un tipo de IVA del 20%, el autor solía ganar entre 0'75 y 1€ por juego vendido. A partir de ahora, ganará entre 0'85 y 1'13 euros por juego. Un aumento neto de unos 10 céntimos.
Por otro lado, la editorial y distribuidora se beneficiarán de un aumento neto de unos 2 euros por caja. Sólo 20 veces más...
¿No podemos imaginar una remuneración más justa y equitativa para las personas autoras dado el beneficio de esta reducción del IVA?
Dado que la editorial se basa en la política fiscal de los libros para beneficiarse de un tipo de IVA reducido, ¿no debería estar también obligada a aplicar la misma remuneración por autoría que se aplica a los libros? Así, por jurisprudencia, una retribución inferior al 6% del precio público antes de impuestos ha sido reiteradamente juzgada insuficiente en este sector.
Bueno, para la gente profesional del juego de mesa, lo que estoy diciendo aquí no es muy nuevo.
Salvo, quizás, que ahora se trata de Dixit y no de un juego narrativo principalmente con texto, como era el caso hasta entonces de los pocos juegos a los que se les concedía el IVA reducido.
Excepto quizás que se trata de Dixit, un juego que ha vendido más de 7 millones de copias en una década...
Sin embargo, lo que es muy novedoso es que Asmodee indica en su comunicado que Dixit está ahora registrado bajo las leyes Lang como los libros.
Y esto abre un nuevo horizonte. De hecho, las leyes de Lang entran en el ámbito de actuación del Ministerio de Cultura, y no sólo en el de la legislación fiscal y la concesión de tipos reducidos de IVA.
Si el juego Dixit es como un libro no sólo a efectos fiscales (según la definición dada anteriormente) sino también según la Ley Lang (que no define lo que es un libro), entonces también es un libro para todas las leyes culturales que rigen los libros, ¿no?
Y ahí, las consecuencias son numerosas y mucho más relevantes que un refuerzo de las desigualdades entre editoriales, algo que ya es frecuente.
Primer efecto: el precio único del juego. Y esto no es una cuestión circunstancial. En efecto, Asmodee se remite claramente a esta legislación (ley n° 81-766 de 10 de agosto de 1981)
Por lo tanto, es el fin de los descuentos comerciales de las tiendas de juegos por encima del 5% en cualquier caso, tanto para particulares como profesionales (y un 9% como máximo para las autoridades locales, los centros educativos, los sindicatos representativos y las bibliotecas abiertas al público).
Pero también debe ser el fin del envío gratuito para los pedidos a distancia. Pero también el fin de los saldos de juegos que aún no tienen dos años.
Todos estos son ataques a la libertad comercial de los minoristas de juegos, pero también a las personas profesionales del juego, que a veces obtienen mayores descuentos en vista de su función de prescripción profesional.
El segundo efecto, menos seguro, es el del acceso a la cultura.
Hoy en día, el Chèque Lire y el Chèque Culture vinculados a las prácticas intraempresariales, por un lado, y el Pass Culture vinculado al acceso a la cultura para la juventud por otro, no permiten la compra de juegos de mesa (aunque los videojuegos o los escape-room, sí, pero ese no es mi tema hoy), pero si Dixit es como un libro, según la ley Lang, ¿puede entonces acogerse a estos planes? ¿Las librerías que venden juegos, o las grandes tiendas culturales, que ya adoptan estos esquemas, podrán aceptarlos a partir de ahora para Dixit? ¿Y las tiendas especializadas en juegos? ¿Y quién va a llevar estas reclamaciones y contradicciones al Ministerio de Cultura?
Tercer efecto, la remuneración vinculada a los derechos de préstamo, que probablemente tardará más en adquirirse. En la actualidad, la ley relativa a la remuneración de los préstamos (Ley n° 2003-517 de 18 de junio de 2003) consagra la remuneración de los editoriales y personas autoras en función del número de libros adquiridos durante el año y del número de usuarios registrados por las bibliotecas y, más ampliamente, por cualquier organismo que ponga a disposición del público un fondo documental y organice préstamos. Si Dixit es un libro, las mediatecas, las ludotecas y los bares de juegos que organizan préstamos entran de lleno en ese perímetro.
Esta remuneración consta de dos partes:
- la primera parte, pagada por el Estado, se basa en una contribución a tanto alzado por usuario inscrito en las organizaciones receptoras del público para el préstamo. Así, más de 11 millones de euros fueron pagados en 2021 por el Estado en concepto de comisiones de préstamo, JORF n°0255 de 31 de octubre de 2021;
- la segunda parte es el 6% del precio de venta al público (sin impuestos) de los libros adquiridos, para sus bibliotecas y organizaciones que reciben al público para su préstamo y es pagada por los canales de distribución (libreros).
La remuneración por el préstamo de la biblioteca se distribuye entonces de la siguiente manera
- una primera parte se reparte a partes iguales entre las personas autoras y sus editoriales en función del número de ejemplares de libros adquiridos cada año por las bibliotecas y organizaciones de préstamo, sobre la base de la información facilitada por éstas y los canales de distribución;
- una segunda parte se destina al pago de una fracción de las cotizaciones debidas por los autores para las pensiones complementarias.
Para la aplicación de estos nuevos derechos de remuneración, debe iniciarse un nuevo diálogo. Entre los propios actores del mundo del juego, pero también y sobre todo con los representantes del Ministerio y de un OCM (Organismo de Gestión Colectiva) que queda por convencer.
Si Dixit es un libro, entonces SOFIA parece ser la opción obvia, ya que trata de libros. Sin embargo, con esta OCM habrá que eliminar muchos obstáculos a la vista de las últimas decisiones que ha tenido que tomar.
Así, las personas autoras de juegos han podido beneficiarse de las medidas de ayuda (fondo de solidaridad) puestas en marcha durante el periodo Covid para los artistas-autores por el Ministerio de Hacienda. Al mismo tiempo, SOFIA denegó el acceso a las ayudas específicas de COVID que estaba poniendo en marcha para los mismos artistas-autores.
André Malraux dijo que "la cultura no se hereda, se conquista".
Estoy seguro que no habrá una gran noche en la que se reconozca al juego de mesa como objeto cultural, que se hará en pequeños pasos sucesivos.
Hoy, mi texto, probablemente polémico y ciertamente técnico, es también el testimonio de una parte del mundo de los juegos que va a sufrir consecuencias desconocidas en temas que lleva mucho tiempo tratando.
Si las acciones de las editoriales y distribuidoras, a través de sus requerimientos fiscales, acaban permitiendo que los juegos de mesa se incluyan en la legislación cultural, seré tremendamente entusiasta. De la misma manera que con las acciones de los autores, especialmente a través del SAJ [Asociación de Autores de Juegos de mesa francesa], con los representantes del estado, la URSAAF y otros, de la misma manera que las acciones de la industria del entretenimiento, en particular a través de la LBG, para obtener finalmente el derecho a aceptar los pases culturales o los bonos culturales.
Sin embargo, si queremos ajustarnos a una laguna jurídica específica de la legislación sobre libros (una definición algo amplia, e incluso incompleta, de libro), entonces nos olvidaremos de crear nuevos derechos y un reconocimiento intrínseco para el juego de mesa como tal.
Esto probablemente negaría las especificidades de nuestro medio cultural tanto en el fondo como en la práctica.
Decir que Dixit es un libro es negar tanto lo que es un libro como lo que es un juego de mesa.
Por otra parte, y para hacer más positivo mi punto de vista, las autoridades fiscales de Vienne reconocen que las reglas del juego Dixit y las cartas ilustradas, aunque no tengan texto, permiten la expresión de una obra con el espíritu de un autor. Y esto me parece un nuevo y pequeño paso muy positivo.
Con los juegos de mesa deberemos marcar nuestro propio camino, la equiparación fiscal con los libros en Francia (que está por ver si se extenderá a otros juegos en general) solo puede ser circunstancial, un paso para ser superado. Los juegos son cultura en sí mismos.
El reconocimiento cultural de los juegos de mesa es una reivindicación de actualidad en Francia, y también en Alemania o España, como hemos venido contando los último meses (por ejemplo).
#LosJuegosDeMesaSonCultura
¡Nos jugamos!